Luego del atentado del 11 de septiembre, el distrito financiero atravesó uno de los cambios más sustanciales ya que muchos edificios de oficinas se convirtieron en torres residenciales.
Eso no es nada inusual ahora, pero hace 20 años, era algo inaudito. Casi nadie vivía en el centro. No había lugar para vivir. El distrito financiero era principalmente espacio de oficinas.
Casi el 60% del espacio fue ocupado por banca de inversión, inmobiliarias y compañías de seguros. La mayor parte del resto del espacio eran servicios profesionales u oficinas gubernamentales. Hoy, 64 mil personas viven en el centro.